Durante 8 años, el trabajo de Fredian ha sido una mirada a los personajes del mundo imaginario de la cultura pop. Su obra pictórica que usa pintura al óleo propone una sintaxis que integra los códigos barrocos neoclásicos para transponerlos en nuestras vidas cotidianas e imágenes icónicas. Las representaciones de personajes divinos o caballerescos del pasado ahora dan paso a los héroes de nuestro tiempo que nuestro pensamiento posmoderno ya ha integrado: ¡en el tiempo "híper", súper héroes!

Recordemos que los pinceles de Fredian tienen su origen en los fabulosos diseños de Jack Kirby, Steve Ditko y Jim Lee, a través de Neal Adams y John Byrne. Sus cuadros condensan así una narrativa ficticia con códigos seguros y asumidos en una expresión que los muestra en un día obvio e inesperado.

Las características exageradas o estilizadas que caracterizan a estos personajes generalmente dan paso a una representación que los hace adquirir una nueva consistencia. Los efectos del movimiento se dejan de lado para llevarlos a una fijación que los hace ganar un punto de apoyo en nuestra realidad de una manera nueva y profundamente sorprendente.

El enfoque artístico de Fredian es definitivamente el de una apuesta: el de transponer estas extraordinarias figuras a la realidad a través de su pintura, preservando su majestuosa singularidad. Sus pinturas eliminan así la frontera entre la realidad y la ficción, importando estos personajes fuera de lo común para hacer que se enfrenten a nosotros. Y por una inversión extraña, son estos personajes los que parecen contemplarnos y observarnos, demostrando así que lo que los constituye y los representa habla de nosotros y de nuestra humanidad contemporánea. Esta reciprocidad de visión establece así un vínculo inmediato entre el espectador y la pintura, lo que resulta en un re-encanto sutil pero necesario del mundo.


Anthony HUARD